Joan Fontcuberta
(Barcelona, 1955)STATEMENT
(ENG) Joan Fontcuberta’s work lays in the remaining space between the fields of "reality" and "fiction", crafting photographic illusions freely inspired by "that which is real". In his body of work he manages to create a visual universe in which the concepts of truth and fiction are closely intertwined. However, this dialogue never reaches a definite conclusion, but maintains its imprecision steadily. In many ways, the work of Fontcuberta predicts and integrates within it the radical impact of digital manipulation in the field of contemporary photographic practice.
Since the mid eighties, Fontcuberta has used photography to reflect the doubt and distrust towards the authority and veracity of the photograph itself and, therefore, towards the multitude of media based on photographic practice. The effectiveness of his work is based on a dry sense of humor, sharp wit and an impeccable technique, all of them being common features of his sophisticated provocations.
His photographs question the media in all its forms, including scientific research, technological advances, the world of art, religion, medicine and of course, politics and government propaganda. In his projects we find a mix of all the formats used by the media and in public communication strategies. By the use of irony as a significant artistic strategy, Joan Fontcuberta continues to amaze, confuse and amuse, or even provoke, the viewer with an array of techniques and perspectives that do not cease to grow. The topics he chooses, together with his interest in contemporary technologies and their constant changes in methodology, define him as a photographer and an exceptional artist.
His work also has a theatrical quality. It is many sided, yet revolves around a critique of the verisimilitude of photography. Some of his works investigate the image, or the way the image represents reality. Others are more narrative, addressing the social functions of photography; the use of the image in the press, in politics, in art, or in museums. It is not the photograph but rather the contrast of other elements that is important. In this context the artist realizes parodic interventions, actions of information poisoning that call attention to the danger of credulity.
The technological paradigm shift that photography has undergone in recent years not only has again shown the photographic nature of our culture, but has shaken some of the basics that seemed an inseparable part of photography. Through the playful and ironic style that has always characterized Joan Fontcuberta, he addresses the reestablishment of this medium in the digital environment to rethink issues that go beyond the strictly photographic matter and introduces new principles that arise with the new photography.
In addition, the artist’s work contains a pedagogical component, given that his works aims to stimulate in the spectator a capacity for questioning, scepticism and the will to doubt.
Fontcuberta’s work is directly related to illusionism, as the principal technique of the illusionist is to distract one’s attention. Thus he employs a language premeditatedly dramatized and exaggerated, and uses codes from the fantasy genre. In this sense, Fontcuberta offers deactivated lies so that the spectator can prepare for the truer, larger lies.
Foncuberta turns his work into a critique of information, of the authoritarian mechanisms at work in it: from why one believes more in the written word than the spoken one, to why there are platforms that are bestowed greater verisimilitude than others.
(CAST) Joan Fontcuberta desempeña su trabajo en el espacio que queda entre los ámbitos de la «realidad» y la «ficción», manufacturando ilusiones fotográficas libremente inspiradas en «lo real». En su obra, consigue crear un universo visual en cuyo seno los conceptos de verdad y ficción están estrechamente entrelazados. Este diálogo, sin embargo, nunca alcanza una conclusión definitiva, sino que mantiene su imprecisión de forma constante. En muchos sentidos, el trabajo de Fontcuberta predice e integra en su seno el radical impacto de la manipulación digital en el ámbito de la práctica fotográfica contemporánea.
Desde mediados de los años ochenta, Fontcuberta ha usado la fotografía para reflejar la duda y la desconfianza respecto de la autoridad, y también respecto de la veracidad de la fotografía misma y, por ende, de la multitud de medios basados en la práctica fotográfica. La efectividad de su trabajo está fundamentada en un mordaz sentido del humor, un agudo ingenio y una técnica impecable, rasgos comunes a la totalidad de sus sofisticadas provocaciones.
Las fotografías de Joan Fontcuberta cuestionan los medios de comunicación en todas sus facetas, incluyendo la investigación científica, los avances tecnológicos, el mundo del arte, la religión, la medicina y, por supuesto, la propaganda política y gubernamental. En sus proyectos se mezclan todos los formatos empleados por los medios de comunicación y las estrategias de comunicación pública.
Utilizando la ironía como significativa estrategia artística, Joan Fontcuberta no deja de asombrar, confundir y divertir o provocar al observador, con un despliegue de técnicas y perspectivas que no para de crecer. Los temas que escoge, unidos a su interés por las tecnologías contemporáneas y sus cambios constantes de metodología, lo caracterizan como un fotógrafo y artista excepcional.
Su trabajo también contiene un aspecto teatral. Tiene muchas caras pero sin embargo gira alreadedor de una crítica de la verosimilitud de la fotografía. Algunas de sus obras investigan la imagen o la manera en que la imagen representa a la realidad. Otras son más narrativas, dirigiéndose a las funciones sociales de la fotografía; el uso de la imagen en la prensa, en la política, en el arte o en museos. No es la foto como tal sino el contraste de otros elementos que es importante. En este contexto el artista realiza interveciones paródicas, acciones del envenenamiento de la información que llaman la atención a los peligros de la credulidad.
El cambio de paradigma tecnológico que la fotografía ha experimentado en años recientes no sólo ha demostrado la naturaleza fotográfica de nuestra cultura sino también ha alterado algunos elementos básicos que parecían inseparables de la fotografía. A través del estilo jugetón e irónico que siempre ha caracterizado a Joan Fontcuberta, él remite el restablecimiento de este medio en el ambiente digital para repensar asuntos que superan la mera materia fotográfica e introduce nuevos principios que surgen con la nueva fotografía.
Adicionalmente, el trabajo del artista contiene un componente pedagógico, dado a que su obra pretende estimular cuestionamiento, escepticismo y la voluntad de la duda en el espectador.
La obra de Fontcuberta esta relacionada directamente con el ilusionismo; la técnica principal del ilusionista es distraerle la atención a uno. Por lo tanto el artista utiliza un lenguaje premeditadamente dramatizado y exagerado, con códigos del genero de la fantasía. En este sentido, Fontcuberta ofrece mentiras deactivadas para que el espectador pueda prepararse para mentiras más grandes y más ciertas.
Foncuberta convierte su obra en una crítica de la información y de los mecanismos autoritarios en juego en ella: del por qué uno cree más en la palabra escrita que la hablada, a por qué hay plataformas conferidas con una mayor verosimilitud que otras.